El Palo Santo es considerado un árbol sagrado, tanto por sus propiedades antibacteriales y repelentes, como por su poderoso aroma, que fue utilizado en diversas ceremonias, especialmente para alejar espíritus y limpiar espacios.
Su popularidad ha crecido con los años lo que ha generado un desbalance entre lo que se siembra y lo que se corta, por eso su extracción es únicamente de la ramas, pero la alta demanda lo ha colocado en una posición de peligro, por la tala ilegal.
Ante esta situación algunos productores han destilado el aceite desde los frutos, que mantiene sus propiedades y su agradable aroma, así como la protección del árbol, el nuestro proviene de los frutos.
Su característico aroma es utilizado en perfumería, pero además es un regenerador celular que mejora la elasticidad de la piel, retrasa el proceso de envejecimiento y puede restaurar las células muertas de la piel.
Alivia el dolor muscular, los efectos de las alergias, el dolor de cabeza y migraña. Fortalece el sistema inmune, disminuye los síntomas de gripes y alergias, además mejora la concentración y genera un estado de calma y conexión, adecuado para las meditaciones. Alivia los síntomas causados por la ansiedad y el estrés nervioso.